Emails entre ejecutivos de Australis y Joyvio demuestran que la empresa salmonera ligada al empresario chileno Isidoro Quiroga planificó una estrategia sistemática de producción por sobre lo autorizado, con mecanismos para evitar sanciones ambientales.
Una investigación de The Clinic reveló correos entre ejecutivos de Australis y directivos de Joyvio que dan cuenta de las tácticas de la primera para sobreproducir en sus centros de cultivos al margen de la legalidad. Además, expone que tanto el ex dueño de la empresa, Isidoro Quiroga, como los compradores chinos estaban al corriente de esta práctica.
La información salió a la luz a partir de los procesos judiciales entre la empresa asiática y el empresario chileno por la venta a la primera de Australis Seafoods. La transacción, que se materializó en 2019, superó los US$900 millones. El litigio, iniciado por Joyvio, se sustenta en la premisa de que Quiroga habría escondido información clave para la venta, generando valores alterados en base a la sobreproducción de salmones.
Dentro de los correos se incluye una tabla enviada a los directivos chinos en diciembre de 2021, donde se reconoció que la empresa había producido 73 mil toneladas de salmones, un 35,2% más de las autorizadas.
Esta práctica no sería un hecho aislado, según una investigación de Terram, Entre 2013 y 2024, Australis Seafoods acumuló 92 casos de sobreproducción de salmones por 135.972 toneladas producidas por sobre lo autorizado en los permisos ambientales de 46 centros de cultivo. A lo que se agrega “la mayoría de las empresas sobreproducían en diversos grados”, según ha declarado la propia demandante durante el juicio.
Los mensajes, publicados por The Clinic, revelan cómo ejecutivos de la empresa planificaron una estrategia para aumentar la biomasa por sobre lo autorizado, evadiendo la regulación ambiental. En uno de los correos, expresan: “Nos vamos a pasar como en 3.000 toneladas en promedio, por centro. ¿Hasta cuándo aguantará esto el sistema?”.
En otro, se coordinan estrategias para desviar la atención sobre los centros con sobreproducción. “(podemos) participar en el programa de supervisión voluntaria de la SMA (Superintendencia de Medio Ambiente), con sitios en los que sabemos que no tendremos exceso de producción (…) para que podamos “quitar” la presión de nuestros sitios más complicados y redirigir la atención a los menos complicados. Al mismo tiempo, (podemos) elaborar una agenda política para influir en todos los niveles de cada autoridad”.
Además, se mencionan intervenciones durante el gobierno de Sebastián Piñera, donde la empresa salmonera habría sido ayudada de forma “proactiva”, otorgándoles sitios en Magallanes “solo para nosotros” (Australis) y “reteniendolos cargos” que la SMA pudo haber formulado por la sobreproducción de salmones.
La operación no fue improvisada. Se analizó cómo distribuir los excesos, ajustar tiempos de cosecha y evitar fiscalizaciones.
Desde Fundación Terram, su directora, Flavia Liberona, explica las consecuencias de la sobreproducción en los centros salmoneros, algunos ubicados dentro de áreas protegidas: “La sobreproducción en áreas protegidas es muy grave. Hay más biomasa, más fecas, más químicos y antibióticos, más desechos, etc.. Todo esto en ecosistemas que deberían estar debidamente protegidos. Las empresas operan sin evaluaciones adecuadas y sobrepasan los límites de producción autorizados”.
Según la directora de Terram, la falta de voluntad política es evidente: “No es una excepción. Sabemos que la industria salmonera no cumple con la legislación vigente respecto a sobreproducción, elusión y caducidad. Estas prácticas se repiten en más de una empresa. No existe voluntad para que los procesos de fiscalización y sanción sean transparentes. La inacción es generalizada en la Subsecretaria para las Fuerzas Armadas (SSFFAA) y llega hasta la ministra”.
Las estrategias de sobreproducción de Australis le ha generado réditos millonarios. Según la investigación de Terram, que analizó 92 casos de la empresa, esto le habría generado entre 230 y 345 millones de dólares en ganancias estimadas.
Mientras tanto, las consecuencias las asumen los ecosistemas y, en paralelo, se sigue pensando en ampliar la producción de esta industria , promoviéndolo además como producto de exportación en ferias internacionales.