- Stand de la Alianza por la Defensa de las Áreas Protegidas recibió cientos de visitantes durante los tres días del festival, distribuyendo entre la ciudadanía y figuras del ámbito científico, político y ambiental su más reciente investigación sobre el explosivo aumento de la producción salmonera dentro de parques y reservas nacionales.
- Además, desarrolló varios conversatorios con el fin de abrir nuevos diálogos, fortalecer alianzas y visibilizar la urgencia de proteger la Patagonia de actividades industriales incompatibles con la conservación.
La campaña Salvemos la Patagonia estuvo presente en el 4to Festival Ladera Sur, realizado este fin de semana y que reunió a miles de personas en torno a la ciencia, la naturaleza, el activismo socioambiental y el arte. Durante los tres días, se recibió a centenares de visitantes en el stand informativo, compartiendo datos actualizados sobre la presencia de concesiones salmoneras dentro de parques y reservas nacionales, uno de los conflictos ambientales más graves que atraviesa hoy la Patagonia chilena.
Interés generó la última investigación de la campaña, que revela un crecimiento acelerado de la producción salmonera dentro de áreas protegidas de la Patagonia en las últimas dos décadas. El estudio “Cosecha de salmónidos en áreas protegidas de la patagonia chilena: impactos, actores y tendencias” muestra que en Magallanes un 76% de la producción proviene de áreas protegidas, mientras que en Aysén la cifra alcanza el 30%, evidenciando una presión industrial sostenida sobre ecosistemas que deberían mantenerse íntegros.
Además de información sobre producción en áreas protegidas, se informó sobre la presencia en términos de concesiones y los impactos sociales y ambientales del sector.
Sylvia Earle, fundadora de Mission Blue -organización que forma parte de la campaña Salvemos la Patagonia- se acercó al espacio para solicitar información, retirándose con un ejemplar del informe sobre producción salmonera en áreas protegidas. También asistió Giuliana Furci, de la Fundación Fungi, a quien se le entregó la misma información.
Estos antecedentes fueron entregados también a la ministra de Medio Ambiente, Maisa Rojas, e incluso a Arturo Clement, presidente de Salmonchile, con quien se sostuvo un diálogo sobre la necesidad -cada vez más extendida en ámbitos científicos, sociales y territoriales- de avanzar en la salida de las salmoneras desde los parques nacionales, una discusión que se ha vuelto prioritaria ante la evidencia recopilada por la campaña.
Las jornadas incluyeron una charla abierta titulada «De la conservación a la impunidad: salmoneras en áreas protegidas», presentada el día sábado por Diego Rojas, abogado ambiental de Terram y de Salvemos la Patagonia. Este encuentro contó, además, con la participación de Flavia Liberona, directora ejecutiva de Terram, y Javiera Valencia, coordinadora de Salvemos la Patagonia. El panel abordó la debilidad de la institucionalidad ambiental frente al avance de la industria, la falta de fiscalización efectiva y la urgencia de restituir el sentido de las áreas protegidas como espacios para la conservación.
Durante los tres días del festival, distintas organizaciones que integran la campaña se turnaron para apoyar el stand, fortaleciendo el diálogo con el público y aportando desde sus propias miradas técnicas y comunitarias. El viernes participó la Fundación Justicia Interespecie; el sábado se sumó el equipo de Ayciencia; y el domingo estuvo presente una representante del Observatorio Ciudadano. Además, miembros de CODESA acompañaron el espacio de manera permanente durante todo el evento.
Además, en el contexto del Festival Ladera Sur Fest 2025, la Fundación Rompientes se sumó a la Alianza por la Defensa por las Áreas Protegidas, que impulsa la campaña Salvemos la Patagonia. Con esto, ya son 54 organizaciones las que componen el colectivo.
La presencia de Salvemos la Patagonia en Ladera Sur Fest 2025 confirmó que existe un creciente interés ciudadano y científico por los impactos de la salmonicultura en ecosistemas destinados a la conservación. El espacio se transformó en un punto de encuentro entre organizaciones, autoridades y visitantes, reafirmando un mensaje que la campaña viene impulsando hace años: las áreas protegidas deben estar libres de salmoneras, sin relocalización.
